La población europea y española está envejeciendo. Existe un claro aumento de la población en edades laborales, de los adultos mayores y especialmente de los muy mayores. Es también evidente que, debido a la superior esperanza de vida de las mujeres, su número y peso relativo en las edades avanzadas va aumentando paulatinamente.
En la actualidad los mayores representan casi el 17% de la población española y en 2050 constituirán más del 30%. El proceso de envejecimiento de la población es uno de los retos más importantes que ha de afrontar nuestra sociedad. El edadismo o discriminación por edad sigue siendo una práctica habitual que se hace más patente si se considera a los mayores como consumidores.
Paradójicamente, se está produciendo un importante cambio en el patrón de consumo de esta población que podría servir para mejorar la competitividad de numerosos sectores empresariales. Para ello deberían proporcionar bienes y servicios capaces de satisfacer y estimular un consumo responsable que estuvieran adaptados a las necesidades y preferencias de un sector poblacional que, aunque acostumbrado a bienes y servicios no adecuados a sus características, sí sabe valorar la calidad de los que utiliza. Un colectivo activo y crítico en un mercado que debería aproximarse a estos ciudadanos y valorar al cada vez más numeroso y cualificado consumidor mayor. Además, el nivel de ingresos de las personas mayores y su participación social ha aumentado significativamente en los últimos años, lo que favorece que se planteen la adquisición y uso de productos y servicios que antes no estaban a su alcance.
Una gran parte de las personas mayores considera que las empresas no tienen en cuenta sus necesidades y preferencias al diseñar productos y servicios, y los que les ofrece el mercado no atienden al hecho de que este colectivo abarca un rango de más de 30 años de edad, componiendo un grupo muy heterogéneo en el que se encuentran personas con un buen estado de salud y activas junto a otras enfermas o con dependencia.
Los beneficios para las empresas que conciben bienes y servicios adecuados a las personas mayores son básicamente dos: por una parte, logran diferenciarse de su competencia, dado que los productos y servicios ajustados a las características, capacidades y expectativas de los mayores, son muy bien valorados por sus usuarios; y por otra, incorporan como clientes a un sector de población muy atractivo, puesto que el elevado y creciente número de personas mayores y su nueva actitud como consumidores los convierte en un público muy interesante comercialmente.
Éste es uno de los temas que serán abordados durante la celebración el próximo 16 de junio del Segundo Foro sobre Innovación, Economía y Calidad de Vida, organizado por el Instituto de Biomecánica de Valencia y la Asociación CVIDA, en el que quien lo desee podrá participar libremente a través de www.foro-icv.org.
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